TRATAMIENTO DE AIRE FRESCO PARA LA PANDEMIA

EL TRATAMIENTO DE AIRE FRESCO Y SOL FUE UNA DE LAS MEDIDAS TOMADAS PARA LOS AFECTADOS POR LA GRIPE DE 1918

Las últimas declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump con respecto a la posible validez de la luz solar para erradicar el coronavirus, acompañadas de su alusión a al suministro intravenoso de desinfectantes, ha sacado a la luz numerosos estudios sobre tratamientos alternativos.

De entre esta información, hemos tomado información de varios artículos científicos en los que se alude a la importancia del aire fresco y la ventilación de las salas hospitalarias, al igual que la mención al Open Air Factor (OAF) de Richard Hobday en el tratamiento a los enfermos de la gripe en Boston en 1918.

tratamiento de aire fresco

MASCARILLAS, BUENA VENTILACIÓN Y LUZ DEL SOL

Cuando la pandemia de 1918 se cebaba con buena parte de la población mundial, en Boston aplicaron técnicas naturales para hacer frente a la gripe.

Los médicos habían comprobado que los pacientes con una gripe grave que eran atendidos en el exterior tenían una mejor recuperación que aquellos que lo hacían en el interior.

Una parte importante de la culpa de esta mejoría es que muchos de estos pacientes procedían de instalaciones en las que la higiene era bastante mejorable, por lo que cuando eran tratados en espacios bien ventilados y con unas medidas de higiene mínimas, el cuerpo conseguía recuperarse mejor.

Años después, los tratamientos y los estudios con antibióticos dejaron a un lado la investigación de estas terapias naturales de sol y aire fresco que hoy salen a la luz después de los curiosos comentarios ante la prensa de Trump.

EL TRATAMIENTO DEL AIRE FRESCO (OAF)

Según cuenta Richard Hobday en su artículo, cuando la gripe llegó a la costa Este de EEUU, la Guardia Estatal de Boston creó un hospital de emergencia a las afueras para tratar de forma aislada los peores casos.

El oficial médico del hospital había notado que los marineros más gravemente enfermos habían estado en espacios mal ventilados. Así que les dio todo el aire fresco posible poniéndolos en tiendas de campaña. Y cuando hacía buen tiempo, los sacaban de sus tiendas y los ponían al sol.

La exposición de los enfermos al sol fue una práctica habitual para otro tipo de enfermedades de la época como era la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas. Por ejemplo, aquí en España, el Hospital de Guadarrama contaba con amplias terrazas en el exterior para dichos tratamientos.

Los pacientes eran atendidos junto a ventanas abiertas en salas con ventilación cruzada o puestos afuera, en sus camas, para respirar aire fresco del exterior porque así se creía que se ayudaba a la recuperación y reducía el riesgo de infección cruzada y reinfección.

Básicamente, los pacientes que seguían tratamientos al aire libre evitaban la exposición a gérmenes infecciosos presentes en los hospitales y a la vez recibían un aire de mayor calidad del que se podían encontrar en los centros de las ciudades.

LLEGAN LOS ANTIBIÓTICOS

Tras la llegada de los antibióticos no continuaron la mayor parte de los estudios referidos a los efectos del aire fresco como desinfectante natural.

Aún así, en el Ministerio de Defensa norteamericano en los años sesenta se investigó más profundamente sobre este tema.

La investigación giró en torno al término Open Air Factor (Factor Aire Abierto) y al final se concluyó que las propiedades germicidas del aire fresco podían conservarse plenamente en los recintos si las tasas de ventilación eran suficientemente elevadas.

ESTUDIOS CIENTÍFICOS RECIENTES

Ha habido dos estudios a nivel científico sobre esta materia que avalan los beneficios del tratamiento con aire fresco y la adecuada ventilación:

  • El primero de ellos es de 2007. En él se realiza un estudio sobre las tasas de ventilación e infección en diferentes habitaciones ocupadas por pacientes de tuberculosis que demuestra que las antiguas salas de hospital previas a la década de los cincuenta que disponían de grandes ventanales y techos altos, ofrecían tasas de infección más bajas que los diseños modernos. Pincha en la foto si quieres ver el informe original:
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  • El segundo de los informes se realizó tras el brote de síndrome respiratorio agudo severo (SARS) de 2003. Los estudios de casos indican que la ventilación cruzada es una forma eficaz de controlar la infección por SARS en los hospitales. Igual que antes, pincha en la imagen de debajo para leer el artículo.
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ADEMÁS DEL AIRE FRESCO, LA LUZ DEL SOL

Durante muchos años los baños de sol han sido recomendados para múltiples patologías: tanto para curar heridas infectadas, como para ciertas afecciones respiratorias.

En la actualidad, una vez demostrado que niveles bajos de vitamina D se pueden vincular a las infecciones respiratorias, se ha demostrado que exponer a los pacientes al sol ayuda a sintetizar dicha vitamina en su piel siempre y cuando la luz solar sea lo suficientemente fuerte.

Como conclusión, quizá deberíamos seguir confiando en los avances de la medicina moderna sin olvidarnos de la cantidad de recursos que la naturaleza nos ofrece sin costo alguno.

Cuidar de nuestro entorno es una obligación y una necesidad en partes iguales. Todo nos repercute, y quizá no sea tan mala idea luchar por poder recibir los beneficios de respirar un aire de buena calidad en nuestras ciudades.

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