BREVE HISTORIA DEL NACIMIENTO DE LA PESETA
“El duro es absolutista, el real moderado, el escudo unionista y radical la peseta”
Dicho popular, La cuestión monetaria en España, 1872
La peseta es un libro de historia española en el que podemos leer e interpretar las vicisitudes por las que transcurrió la convulsa etapa contemporánea de este país y que reflejan buena parte de la idiosincrasia de nuestra sociedad.
Nacida la peseta como unidad monetaria nacional en 1868 en virtud del Real Decreto dictado por el ministro de Hacienda, Laureano Figuerola, el 19 de octubre, solo tres semanas después de haber triunfado la Gloriosa, ha sido interpretado dicho nacimiento en línea con el lema de Prim en aquellos días (¡abajo lo existente!), y que animaba a sustituir de los troqueles la efigie de Isabel II por la de la matrona Hispania tumbada con la cabeza en los Pirineos y los pies en Gibraltar y con una rama de olivo en la mano, reflejando así el espíritu del nuevo régimen.
Estas monedas fueron popularmente denominadas como los duros del tío sentao y fueron muy apreciadas por el valor del metal (plata de ley de 900 milésimas cuando la normal era de 835 milésimas). Si quieres saber su valor, accede al catálogo de la App de Peritaciones MGA.
Pero la reforma monetaria de 1868 guardaba en su interior alguna que otra motivación más profunda y de mayor calado económico:
- En primer lugar, la necesidad de proceder a una reacuñación general que acabase con la ingente cantidad de monedas de valor intrínseco diverso y que copaban el mercado peninsular.
- En segundo lugar, la peseta debía ser la unidad de cuenta cuyo contenido metálico la hiciese intercambiable con las monedas de la Unión Monetaria Latina a la que el Gobierno provisional intentaba acceder.
En resumen, la peseta iba a nacer como moneda principal en España a la sombra de un proyecto entre naciones europeas de integración monetaria constituido en torno al franco francés con la intención de integrar comercialmente a la economía española con el exterior y facilitando los intercambios con naciones cercanas tipo Francia. Muy en la línea todo del ideario liberal de economistas septembrinos como Laureano Figuerola.
