El código que desvelo a “el hombre de la máscara de hierro”

Hoy he leído una noticia de una empresa, perdón, una start-up como hay que llamarlas ahora, para evitar los ataques de piratas cibernéticos, desarrolló una tecnología que cambia constantemente el código de los sitios web para hacerlos impenetrables.

codigo secreto

La start-up describe su producto como un “botwall”, una palabra compuesta por dos términos en inglés que hacen referencia a una pared (wall), es decir, una barrera contra herramientas de software automático conocidas como bots, los cuales reconocen y explotan las vulnerabilidades del código de un sitio en Internet.

Un experto en seguridad del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford indicó que la innovación es prometedora pero que sin embargo,  si se le da suficiente tiempo un hacker persistente podría todavía conseguir su objetivo.

No he podido por menos de acordarme de la novela histórica de La conjetura de Fermat de Jean D´aillon  en el que un joven notario investiga a los que conspiran contra la Corona francesa del s. XVII filtrando a España la correspondencia cifrada a los embajadores del reino. Este podemos decir que hace de Perito criminalista, y además se interesa por cambiar el cifrado de la correspondencia militar.

En esta busqueda nos encontramos con Antoine Rossignol que aparece en escena durante el sitio de la ciudad de Réalmont, villa hugonota (protestante) que se ha sublevado contra la autoridad real, y cuyo asedio es dirigido por el Duque Enrique II de BorbónPríncipe de Condé. Sus soldados interceptan un correo cifrado de los rebeldes hugonotes y piden a Antoine Rossignol, entonces un matemático de 26 años de edad, que tenía la reputación de ser un goloso de códigos secretos, que descifre la misiva de los sitiados. En pocas horas, Rossignol desvela el contenido del mensaje interceptado y lo traduce para llevarlo al Príncipe de Condé; revela entonces las dificultades de los sitiados para conseguir munición con el que poder continuar la resistencia, ya que se habían quedado sin pólvora y sin balas…

Rossignol volvió a lucirse al descifrar otra misiva encriptada de los protestantes rebeldes de La Rochelle, en 1628.

Convertido en un precioso servidor de la Corona y del Estado, Antoine Rossignol mejoró el sistema de cifrado por sustitución, utilizado en la Corte gala para sus correos. El nuevo sistema, bautizado como “nomenclatura”, consistía en un sistema híbrido entre código y cifrado llamado “sistema de repertorios”.  Lo revolucionario del sistema Rossignol, era sobretodo que el receptor del mensaje cifrado necesitaba de dos índices (dos diccionarios) para descifrar completamente la misiva.

Durante el reinado de Luis XIV, Rossignol y su hijo Bonaventure, asociado al trabajo paterno y a sueldo de la Corona, estuvieron trabajando tanto en su residencia señorial de Juvisy, a las afueras de París, como en un despacho contiguo al gabinete privado del Rey en el Palacio de Versailles. Codificaban todo hasta las cartas, notas de servicio y archivos de Estado.

Antoine Rossignol, Consejero Privado de Su Majestad, falleció en diciembre de 1682, a la edad 82 años y  pasó entonces a su hijo y sucesor en el cargo (al frente del Gabinete Negro), Bonaventure Rossignol. De hecho, Bonaventure y su hijo Antoine-Bonaventure (nieto del difunto), fueron promovidos ambos al puesto de presidente de la Corte de Cuentas.

Cuando el nieto falleció, el gran código o “Grand Chiffre” murió con él, llevándose a la tumba las claves para descifrar todos los papeles de Estado que estaban clasificados como secretos. Sin claves y sin las bases del concepto, Étienne Bazeries, oficial del Ejército Francés de la IIIª República al frente del departamento militar de criptografía, necesitó tres largos años de árdua investigación para conseguir las claves de los Rossignol (1890). Lo realmente increíble de esta anécdota, es que tanto la IIIª República como los regímenes que la precedieron y que surgieron después de la Revolución Francesa, no pudieron leer los archivos diplomáticos franceses de la época hasta después de 1890.

Entre estos descubrimientos se encontraron la correspondencia en el que aparece  El hombre de la máscara de hierro (en francés: L’ Homme au Masque de Fer ) es un nombre dado a un preso detenido como Eustache Dauger en 1669 o 1670, y que tuvo lugar en una serie de cárceles , incluida la Bastilla y la Fortaleza de Pignerol  . La posible identidad de este hombre se ha discutido a fondo y ha sido el tema de muchos libros , porque nadie vio su cara , y la película de Di Caprio lo hizo famoso. Pero lo único que se tiene como verdadero es la correspondencia entre el carcelero y  sus superiores en París. Que pudo ser descifrada unos 220 años después.

Esto me ha hecho pensar si el hacker de hoy en día tiene tanto tiempo para descifrar un código…

Rocío A.M.

www.peritacionesmga.com

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